SPICE
y SPIDER
QUE POSIBLES
COMPLICACIONES EN LOS NIÑOS EXISTE SOBRE
EL EMBARAZO PREMATURO EN ADOLESCENTES
El embarazo en la adolescencia es una preocupación de estos
tiempos. Estudios realizados por demógrafos cubanos, con el objetivo de evaluar
la repercusión biopsicosocial que tiene el embarazo en la adolescencia, han
demostrado un rejuvenecimiento de la fecundidad en esta etapa de la vida.
La población mundial de adolescentes ha ascendido a más de 100
millones y en los países en desarrollo 1 de cada 4 personas está en la
adolescencia, a diferencia de 1 de cada 7 en los países desarrollados. El
embarazo en edades cada vez más tempranas se está convirtiendo en un problema
social y de salud pública de alcance mundial. Afecta a todos los estratos
sociales, pero predomina en la clase de bajo nivel socioeconómico, en parte
debido a la falta de educación sexual y al desconocimiento de los métodos de
control de la natalidad. Cuando hablamos de embarazo en la adolescencia nos
referimos a la totalidad de embarazos ocurridos en muchachas a una edad en que
aún no son adultas, y cuando desde el punto de vista biopsicosocial, todavía no
están aptas para la maternidad.
Hoy en día es muy importante abordar la temática de la
adolescencia, debido a la trascendencia de este grupo etáreo para el desarrollo
y su impacto en la población mundial, particularmente en América Latina, el
Caribe y Cuba. El embarazo en edades cada vez más tempranas se está
convirtiendo en un problema social y de salud pública de alcance mundial;
constituye en la actualidad un reto de gran envergadura. Mediante el resultado
del análisis crítico de la información disponible sobre el tema en la bibliografía
consultada, se demuestra cómo las consecuencias de este problema repercuten en
la calidad de vida de la joven madre y de su familia, y determina un riesgo
importante para su descendencia, además de ser pocas las acciones que se
realizan, por lo que cada año, el número de adolescente embarazadas y las
infecciones de transmisión sexual (ITS) se acrecientan. Es por ello que se hace
necesario comenzar las acciones relacionadas con estos aspectos a partir de la
célula básica de la sociedad, que es la familia, pues constituye el primer
grupo al cual pertenece el ser humano. Se hace imprescindible el papel de los
profesionales de la enfermería al nivel de los consultorios del médico de
familia como un elemento clave para prevenir el embarazo mediante la labor educativa,
mediante los círculos de adolescentes y otras acciones que contribuyan a la
prevención. Asimismo, para enfrentar los riesgos que esta condición determina,
por lo que resulta necesario desarrollar acciones que pudieran utilizarse para
continuar el desarrollo del profesional de Enfermería en esta temática en el
nivel de la atención primaria de salud, con vistas a prevenir el embarazo en la
adolescencia.
Consecuencias
para el bebé
- Enfermedades
congénitas
- Muerte
fetal
- Desnutrición
- Bajo
peso al nacer
- Problemas
neurológicos
- Retraso
mental
- Mortalidad
perinatal
- Mayor
riesgo de abandono y maltratos físico y/o emocional
- Alteraciones
en el psicólogo-emocional
El cuerpo de las
adolescentes está preparado para tener un bebé, ya que cualquier mujer que
ovule puede quedar en embarazo. Sin embargo, aumentan los riesgos de que el
niño nazca por cesárea, la madre sufra preeclampsia, el pequeño presente
malformaciones congénitas y el parto sea prematuro. Sobre todo en la
adolescencia temprana (10-13 años) y media (13 a 17 años), explica Aura Cuevas
ginecoobstetra, especialista en infancia y adolescencia.
Las adolescentes
están en riesgo de los extremos de edad. En una menor de 14 años se está
terminando de formar una pelvis adecuada, así como los demás sistemas que están
madurando. Pueden presentar hipertensión gestacional o problemas metabólicos.
Sus bebés podrían sufrir insuficiencia pulmonar, tendencia a infecciones o
retinopatía del prematuro, sobre todo porque las madres no tienen adecuados
hábitos nutricionales.
La doctora añade que
los daños se presentan, según la etapa de la adolescencia en la que se
encuentra la gestante. En la temprana y media, los riesgos aumentan. En la
adolescencia tardía, (17 a 20 años), “pueden ser equiparables a los de una
mujer adulta, pero si su embarazo va acompañado de un excelente apoyo
sicoemocional familiar, social, del personal de salud y la sociedad en
general”, afirma.